domingo, 12 de marzo de 2017

REALIDAD SOCIAL DE LA AUTONOMIA COMUNAL


LA AUTONOMIA COMUNAL COMO REALIDAD SOCIAL, no es vinculante para los mandatarios, son solo puras intenciones, el Estado la tiene bajo llaves y mientras no existan pasos sólidos de las jac, no es posible activarla, esto es, nada funciona mientras se mantengan los desaciertos y errores de las prácticas del pasado diferentes por cierto a la realidad social que a diario soñamos.


Independiente de las normas que existen no vinculantes; (artículo 6 Decreto 2350 2.003 sobre la autonomía; Sentencia C-100/13 respecto a la posibilidad de que las jac puedan celebrar  convenios de solidaridad con los entes territoriales, Ley 1551/12- ARTICULO 6 Parágrafo 4° donde se autoriza a los entes territoriales celebrar convenios solidarios de obras con las jac en menor cuantía.); la autonomía comunal, no comienza hacer crisis, está en crisis y sigue en crisis, estamos hablando de una falsa autonomía en un país en vía de desarrollo, en donde las organizaciones comunales cada vez satisface menos sus expectativas y promesas, haciéndole perder credibilidad y fuerza en el seno de sus comunidades a las cuales nunca han podido unir ni siquiera en sus principios rectores del desarrollo de la comunidad (ver artículo 3 Ley 743/2002), tales como el derecho de los individuos a ser diferente, el reconocimiento de su organización en torno a sus rasgos, el fortalecimiento de la sociedad civil y el desarrollo de la comunidad entre otros.

Ni el artículo 103 de la CN 25 años después, ha logrado empoderar de su autonomía a las organizaciones comunales, estas siguen funcionando y dependiendo por excelencia de los partidos políticos y de la mano de una u otra ONG’s y son ellos o ellas quienes las han dejado sin legítima representación, carentes de concertación y sin control ni vigilancia sobre la gestión pública, en manos de ellas y del Estado, reposa nuestra el 100% de la autonomía comunal.
En suma, por más que tengamos conocimiento y sepamos como ejercer nuestros derechos para avanzar en la autonomía de nuestras organizaciones, no será posible, mientras no existan en las normas por decir Ley 1551/2.012 y 1557/2.015 sanciones como causales de mala conducta entre otras para nuestros mandatarios locales y departamentales sobre el no cumplimiento de la norma, las organizaciones no son las responsables, lo es el Estado y nuestra dirigencia política. Podrán darse cotidianas prácticas sobre conocimiento de nuestra normatividad en nuestros encuentros con las organizaciones comunales en busca del fortalecimiento de la autonomía, pero vano serán nuestros esfuerzos cuando el control lo tiene bajo llaves el Estado y sus dirigentes políticos. Con esto no queremos expresar que debemos renunciar a la formación comunal, de hecho, ello es necesaria y legítima en cuando menos lo que tiene que ver con nuestra misión, visión, liderazgo, solución de conflictos, organización, democracia, estatutos, ley 743/2.002 decreto 2350/2.003, Decreto 890/2.008; al menos eso nos alienta y nos fortalece, pero no hemos resuelto nada con la política social sobre desarrollo integral producto final al cual todos le apostamos y deseamos llegar.

Es bueno referirnos que el paquete pedagógico Formador de Formadores es por excelencia fundamental para nuestra formación, pero a ella solo tienen acceso los delegados federados nacionales quienes quedan abandonados en el camino de la formación porque no cuentan con los recursos para su multiplicación conforme se les ordena en su orientación pedagógica, ya que  el Ministerio del Interior no brinda el apoyo económico, lo mismo acontece con los departamentos y municipios porque aquello de los presupuestos participativos no son más que simples intenciones seguidas del verbo podrán; aquí dejamos por enésima vez más la responsabilidad del Estado frente a  nuestra formación comunal.

No necesariamente y en esto si tenemos que ser claro, promover y fortalecer  regularmente los encuentros al interior de nuestros órganos conlleva a fortificar los lasos de amistad entre nosotros, la convivencia y la confianza, ellos son necesarios pero no indispensables, somos una familia y como familia pueden abundar el amor pero si faltare el pan, esta pronto se desintegra, se rompería el calor humano, la amistad, la tolerancia la convivencia y la confianza, pero si el pan y el amor se juntan, hay algo por quién luchar y nuestro pan proviene del apoyo que legítimamente podamos gestionar y concertar libremente con el Estado    
Ante la anterior situación, surgen algunas preguntas fundamentales: ¿luchamos por cambiar o nos conformamos y liquidamos lo que hay?...hay que seguir luchando hasta agotar las vías fundamentales del derecho; ¿Hasta dónde tiene que llegarnos el cambio que permita liberarnos?...estimo que hasta el momento en que podamos hablar de independencia política con capacidad para decidir y ejercer control y vigilancia sobre los asuntos públicos;… ¿Cuáles son las causas? ¿Las causas provienen de un mal funcionamiento del sistema o son consecuencias inevitables de las dinámicas inherentes a nuestra organización comunal?... las causas provienen del sistema quien se nos presenta como salvador olvidando que somos independientes y parte del proceso legítimo de la transformación social del país.

FRACASO DE LA AUTONOMIA.- Esta situación se ha desenfrenado hasta llegar a una realidad de crisis, afectando toda nuestra estructura comunal, poniendo en evidencia la falacia en la cual está basada nuestra ideología de progreso; por supuesto, utópica e indeseable, ya que no refleja la raíz del problema de nuestros principios rectores ni generales, ideología utópica e indeseable que tiene su origen en los vicios copiados de la clase política entre los cuales conocemos desde hace mucho tiempo, pero que hemos sido incapaces de superar entre ellos podemos enunciar algunos niveles (*) ya conocidos de todos nosotros  y que dan respuesta a algunos de nuestros interrogantes:

NIVEL DE DECISION. “En este nivel se ve cómo sin la intervención de los políticos, no se logra obtener los resultados de la gestión, como si la obligación del Estado se resumiera en darle a quienes ejercen el poder, para que éstos hagan el fiel recaudo de votantes dentro de las organizaciones sociales.”
Nivel de GESTIÓN: “Aquí podemos ver el maritazgo existente entre quien inicialmente realiza la gestión y la intervención a solicitud del interesado, de quien o quienes ejercen el poder político.

En el nivel de la CONCERTACIÓN: “En la mayoría de las Juntas de acción Comunal existe una especie de complot entre sus integrantes, para atacar las ideas u opiniones de los que no están inscritos en las roscas para la toma de decisiones y por tal motivo no se busca concertar entre la mayoría, sino que los acuerdos están viciados para que se solucionen problemas puntuales que beneficien tan sólo a unos pocos.”

En el nivel de FISCALIZACIÓN: “Existe una total negligencia por parte de los organismos de vigilancia y control, con las Juntas de Acción Comunal, en lo referente a la forma como se da cumplimiento al funcionamiento de éstas y dentro de la organización se denota un cúmulo de omisiones por parte de quienes ejercen este control, dado que a ellos tampoco se les exige el cumplimiento de sus funciones.  Además que quienes representan la organización o quienes conforman las juntas directivas parecen seres intocables que ejercen su poder a como dé lugar.”

En cuanto al nivel de LA INICIATIVA: “Se denota un hermetismo total para realizar sugerencias o proponer cambios dentro y fuera de la organización, pues es tan marcado el poder de los dignatarios que se teme por la desbancada, el veto y la dejadez de iniciativas tan propias dentro de los movimientos políticos.”
En el nivel de CONSULTA: “Parece todo un procedimiento normal que se tomen decisiones sin contar con las faltas de información para todos los integrantes que han de votar dicha decisión y no se da pie a preguntas acerca del problema o situación a resolver.”

En el nivel de INFORMACIÓN: “Este nivel debe dotar a los integrantes de todos los datos, hechos, nociones y mensajes a través de los medios más propicios, pero vuelve y juega el poder de quienes interpretan el sentir de los demás, para emitir elementos de juicio en la solución de problemas.


A todo lo anterior, puede sumársele el conflicto desatado entre las Juntas de Acción Comunal y las Juntas Administradoras Locales por alcanzar un protagonismo político, no sólo dentro de la Administración Municipal sino dentro de las comunidades que representan, cuando ni unas ni otras han logrado obtener un espacio financiero y funcional para el logro de sus actuaciones.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario